En el maquillaje, el lápiz de ojos es una de las herramientas principales, un aliado importante para transformar la mirada con unos sencillos gestos. Con un maquillaje sencillo, permite que los ojos parezcan más grandes e intensos, rejuveneciendo y aportando luminosidad a la mirada. Por eso es uno de esos productos imprescindibles para cualquier adicta a la belleza, uno de los grandes clásicos y el cosmético símbolo del maquillaje, un auténtico must-have.
El lápiz de ojos negro es el aliado más preciado tanto de los maquillajes más sencillos como de los más elaborados. Se puede aplicar en los ojos en múltiples combinaciones, incluso con otros cosméticos.
Utilizar el lápiz negro en el borde interior o exterior de los ojos es una de las formas más rápidas y sencillas de conseguir una mirada definida en pocos pasos. En este caso, es necesario que la mina no sea demasiado blanda, sino resistente al agua y de larga duración para evitar que se corra a lo largo del día.
Además del maquillaje más clásico y sencillo con lápiz negro, se puede utilizar como delineador de ojos o como base para los ojos ahumados, para intensificarlos aún más.
Entre los consejos de belleza para mejorar la fijación y el efecto final, uno importante es que el lápiz debe estar siempre bien afilado, teniendo cuidado de guardarlo con el tapón puesto.
Pero, ¿qué lápiz elegir? En el borde interior del ojo, es mejor aplicar un lápiz kajal de larga duración o un lápiz de mina suave, para que la textura resista más tiempo durante el día. Para difuminar, también es mejor utilizar un lápiz de punta suave.
Un lápiz automático podría ser la opción más rápida en todos los casos: tanto para quienes tienen poco tiempo como para quienes empiezan a utilizar este instrumento.